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Logística verde y su operatividad en el transporte de carga

Logística verde y su operatividad en el transporte de carga

La logística verde o green logistics son todos aquellos esfuerzos para minimizar el impacto ambiental de la actividad logística. Se trata de una iniciativa que prácticamente es una obligación para las empresas.

Es que al sumarse a iniciativas de este tipo los beneficios son numerosos. Entre ellos   permite a las empresas, establecer un marco de optimización de eficiencia cuantificable y medible en tiempo; controlar fugas operacionales que son ineficiencias; generar eficiencias sin la necesidad de realizar inversiones significativas; logar un interesante refuerzo de la imagen corporativa de la compañía y la marca, así como compartir visiones, desafíos y metas sustentables con las corporaciones globales.

¿Pero qué pasa con la logística verde y el transporte de carga?

Las grandes empresas han comenzado un proceso paulatino en la transformación de sus procesos, incorporando nuevas metodologías al sistema logístico –incluso apoyadas por políticas públicas- para el uso de nuevas tecnologías, como coches eléctricos y nuevos métodos de embalaje, donde las empresas incluso pueden llegar a bajar sus costos y mejorar su imagen.

Reducir la huella de carbono (elemento medible) es una parte de las nuevas tendencias en logística sostenible, para lo cual se pueden utilizar barcos, camiones e incluso aviones que permitan realizar más operaciones con menos recursos.

Y claro, hay una serie de acciones que nosotros como empresa hemos propiciado por ejemplo evitar que el camión vuelva vacío; optimizar rutas y no realizar kilómetros en vano. A ello se suma la utilización de vehículos ecológicos y la mantención correcta de estos.

Por ejemplo la electromovilidad es una realidad y por ello en CamiónGO nos subimos a ese carro por medio de la adquisición de un camión eléctrico que nos ha entregado grandes datos y reportes.

Protección del planeta

El profesor Antonio Iglesias López, docente de grado y posgrado en ESIC y experto en logística y supply chain management señala que la emisión de CO2 es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta el planeta.

Según la Agencia Internacional de la Energía, el transporte de mercancías es el responsable del 10% de las emisiones globales de CO2. De este porcentaje, el tráfico de camiones supone más de un 75%. Por ello la necesidad de tomar acciones.

Y es que volverse “verdes” supone una ventaja competitiva y un mejor posicionamiento en el mercado para las empresas, ya que los clientes tienen una mejor percepción de ellas.

El tema es cómo una empresa de transporte puede iniciar el camino de una logística verde. Podría parecer que se trata de iniciativas de alta inversión, pero no necesariamente debe ser así en un principio. Reciclar los desechos, ya es una acción importante para sumar a la logística verde. Otros caminos son sumar a la flota transportes ecológicos y contar con almacenes verde

Antonio Iglesias López, habla de soluciones para conseguir una logística más verde en el transporte. En el caso de la última milla se pueden utilizar  bicicletas, motocicletas, triciclos, cuatriciclos, así como  furgonetas y coches eléctricos.

La utilización de estos vehículos disminuiría notablemente la emisión de CO2 al ambiente y reduciría los actuales niveles de contaminación dentro de las grandes ciudades.

Los vehículos autónomos son otro avance ya que se disminuirían notablemente las emisiones de CO2 y se agilizaría el reparto de paquetería. Los minihubs urbanos reducirían la contaminación de las ciudades y los atascos provocados por la creciente cantidad de vehículos que circulan por ellas.

En cuanto a la gestión de flotas hablamos de sistemas informáticos que nos permiten adaptar diariamente la ruta y optimizar recursos y tiempo. El reparto con drones es otro camino podría ser una buena solución para los envíos de urgencia ante cualquier accidente o  de envíos a lugares de difícil acceso.

Los robots, formados por una tabla con ruedas donde pueden cargarse los paquetes, seguirían a los repartidores, ayudándoles a transportar los envíos más pesados. Si el transportista se detiene, el robot también lo hace y únicamente empezaría a rodar de nuevo cuando el repartidor reanudara la marcha. Este sistema puede ser muy útil en lugares del centro de las ciudades en los que está prohibido el tráfico rodado.

Acciones para sumarse a la logística verde son muchos y lo importante es iniciar el camino aunque sean en un principio por medio de una acción que en un principio parezca mínima. Nuestro planeta lo agradecerá.